'Soy Kim, la niña de la foto de Vietnam'

Viene a Colombia Kim Phuc, la niña que se hizo famosa tras ser quemada con napalm, y que ahora lucha por los niños víctimas de la guerra.




José Alberto Mojica Patiño

Redactor de EL TIEMPO

17 de agosto del 2011


Kim Phuc se hizo tristemente famosa debido a la guerra de Vietnam. La imagen de la niña de 9 años que huía del bombardeo a su pueblo con napalm, gritando de dolor por las quemaduras en su cuerpo, le dio la vuelta al mundo.

Han transcurrido 39 años desde el 8 de junio de 1972, día en el que Kim se convirtió en un símbolo de la guerra de Vietnam. Todo gracias a la imagen captada por el reportero Nic Ut, quien no solo tomó la foto -que más tarde le daría el Premio Pulitzer-, sino que la salvó de la muerte llevándola a un hospital.

Los médicos no le daban esperanzas de vida. Tenía quemaduras de tercer grado en medio cuerpo. Después de varias cirugías, logró salir adelante. Sin embargo, durante mucho tiempo fue perseguida. La usaron como un símbolo de la guerra.

Hoy, asegura que gracias a Cristo se sanaron sus heridas del cuerpo y el alma. Vive en Canadá con su esposo y sus dos hijos adolescentes, desde donde dirige una fundación que ayuda a los niños que son víctimas de la guerra en todo el mundo. Como embajadora de buena voluntad de la Unesco, viaja por diferentes países llevando un mensaje de paz y tolerancia.

En Bogotá ofrecerá una conferencia el próximo 23 de agosto (véase recuadro). En un español a medias -que aprendió mientras estudiaba medicina en Cuba-, respondió una entrevista telefónica a EL TIEMPO.



¿Cómo recuerda lo sucedido?

Tenía 9 años, había terminado el tercer grado. Mi familia y yo llevábamos escondidos tres días en un templo, por los bombardeos de Vietnam del Sur. Al tercer día, después del almuerzo, vivimos un atentado de humo de color rojo: nuestra aldea iba a ser bombardeada. Nos dieron la orden de correr, de huir.

¿Cómo fue esa huida?

Los niños salimos corriendo primero, los adultos iban detrás. Íbamos corriendo cuando vi un avión volando muy rápido. Yo paré y miré el avión. Y yo vi muy claro cuatro bombas volando y escuché una explosión. Alrededor de mí no vi ninguna persona, solamente había fuego, y vi el fuego en mi cuerpo.

¿Qué hizo en ese momento?

Yo utilicé mi mano derecha para apagar el fuego en mi brazo izquierdo, así que me quemé también mi mano derecha. Mi ropa empezó a quemarse y me la quité como pude. Tenía miedo y recuerdo todavía que pensaba que, con esas quemaduras, iba a ser muy fea. Gracias a Dios, mis pies no se quemaron y yo tenía capacidad para correr por entre el fuego. Gritaba: 'quema!, ¡quema!'.

¿Qué pasó con los otros niños?

Yo corría con mis hermanos, con mis padres y con mi abuela, que cargaba en brazos a un primo de 3 años. Dos primos murieron, de 3 y 9 años, y una tía se quemó. ¿Supo que la fotografiaban? Nunca me fijé que ahí estaba el fotógrafo (Nic Ut), que fue el que me rescató y me llevó al hospital. Después de eso me hice muy amiga de Nic, no hemos perdido contacto.

¿Cómo fue su recuperación?

Pasé 14 meses en el hospital. Volví a casa, hasta que descubrieron que yo era la niña de la foto. El Gobierno me sometió a largas entrevistas, grupos comunistas me hicieron participar en películas de propaganda política, fui obligada a dejar la escuela. Era un símbolo de la guerra. Mi vida era un tormento.

¿Cómo huyó de tanta presión?

En 1982, estudiaba medicina en Saigón y, por desgracia, funcionarios del Gobierno se enteraron de que yo era la niñita de la foto y me buscaron, querían que trabajara con ellos como símbolo. Yo solo quería estudiar. Les rogué que me dejaran tranquila y me prohibieron seguir estudiando. Solo deseaba morir, era una joven de 19 años sin esperanzas. Fue una infamia.

¿En qué momento su vida empieza a mejorar?

En 1986 viajé a Cuba a estudiar; allí conocí a Bui Huy Toan, un vietnamita con el que me casé, en 1992. Ahí, mi vida empezó a brillar; además, empecé a conocer a Dios.

¿Cómo nace su fundación?

Decidí que mi sufrimiento no fuera en vano. Si era símbolo de la guerra, quería aprovechar eso para luchar por los niños que, como yo, han sufrido por la guerra. Hay muchos niños huérfanos y que se mueren de hambre en todo el mundo, y yo trabajo para que esos niños vivan mejor.

¿Qué sabe de la niñez colombiana?

Sé que los niños sufren de muchas cosas, por ejemplo, que los convierten en soldados desde muy pequeños, que los reclutan. Sé que hay muchos niños que tienen hambre y no pueden estudiar.

¿Tiene pensado apoyar algún proyecto en Colombia?

Hay en curso algunas iniciativas con fundaciones aliadas.

¿Por qué no vive en Vietnam?

Es mi país y allá está mi familia, viajo cuando puedo. Pero no puedo vivir allá porque soy la famosa niñita de la foto, y yo quiero estar tranquila. Acá, en Canadá, vivo muy feliz con mi familia y puedo trabajar en mi fundación. La otra cosa es el clima de Vietnam, allá hace mucho calor; cuando voy me pongo muy mal. Por las cicatrices no tengo poros en los brazos, la espalda y el estómago, no puedo sudar y me pongo muy mal.

¿Aún siente dolor?

Las quemaduras me afectaron el nervio. O sea, me quemé por dentro también. Normalmente no tengo dolor, pero cuando hay cambios fuertes de clima el dolor se vuelve insoportable.

¿Qué concluye de lo que le sucedió?

En lo profundo de mi corazón le doy gracias a Dios por haberme convertido en la fe. Yo creo que Dios me escogió para vivir ese testimonio para que mi vida tuviera un propósito. Todo lo que me pasó es un milagro. Si Dios me salvó, es porque ahora tengo que ser testimonio para ayudar a los demás, especialmente a los niños

1 comentarios:

No pues, tiene que agradecerle es al periodista que a auxilió, que se saque de su cabeza que ese dios no existe.

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