Wendy Sulca se convirtió en una celebridad de Internet cantándole a la ‘tetita’ de su mamá, cuando tenía 10 años. Hoy es una adolescente con sueños y metas claras, a la que le resbalan las burlas.
JOSÉ ALBERTO MOJICA P.
El mundo la conoció así: una peruanita de escasos 10 años, con una voz agudísima, cantándole a los pechos de su mamá en un video casero llamado ‘La tetita’.
De día y de noche, quiero tomar mi tetita, canta Wendy Sulca, ataviada con el atuendo folclórico de las mujeres de su país; es un vestido rojo de terciopelo con aplicaciones doradas. En el video aparece un grupo de infantes con las mejillas coloradas; una vaca amamantando a su ternero, una mujer alimentando a su recién nacido con los senos al aire y un racimo de cerdos pegado de las ubres de su madre.
Hasta hace cuatro años, Wendy era sólo una niña pobre que vivía con su familia en los suburbios de Lima, y de un momento a otro se volvió famosa. YouTube fue el medio que la condujo, de un solo tajo, del anonimato al reconocimiento mediático. Y tal vez, al desprestigio. Una nueva estrella freak, posteriormente vilipendiada, había nacido en las entrañas del Perú popular y en las desbocadas redes sociales.
Su fama creció como espuma gracias al estrafalario video. “La ‘tetita’ ha servido para fomentar la lactancia materna en mi país”, suelta Wendy con una voz que se le escapa suave y dulce, y sobre todo, honesta. Sus videos han sido vistos unas 11 millones de veces; al escribir su nombre en Google aparecen 1.900.000 resultados con blogs, artículos de prensa, parodias y burlas despiadadas. Sobre todo eso: burlas. Entre otros, el programa español Intermedio la remedó de manera humillante.
Tiene su propio canal en YouTube, un privilegio que sólo se dan artistas como Lady Gaga o Britney Spears. En Perú ya recibió disco de oro por las ventas de sus dos discos, prepara un tercero. En Twitter hay 14 cuentas a su nombre, pero sólo una es oficial; en ella, recientemente el cantante mexicano Alex Sintek le confesó que, al contrario de lo que muchos dicen de su voz –que es chillona y estridente-, él sí la considera una gran cantante.
Wendy Sulca es una adolescente simpática, ya con visos de mujer; en sus respuestas refleja una madurez que no es característica de una jovencita de su edad. Parece tener una coraza que la cubre de las críticas malintencionadas que hierven en Internet, y que le permite tener los pies bien puestos en la Tierra.
“Yo leo todo lo que escriben de mí. Antes me afectaba mucho, pero ya no. Mi mamá me ha enseñado que los artistas deben aprender de las críticas, sean como sean”, cuenta Wendy, quien este año volvió a sorprender a sus seguidores (y detractores) al unirse con otros dos artistas populares: la excéntrica Tigresa de Oriente (también peruana) y el ecuatoriano Delfín hasta el fin.
Es un video bizarro y cómico, editado coloquialmente; titulado En tus tierras bailaré, es un homenaje a Israel, un país del que ni ella ni sus compañeros tienen mayor información.
¿Puede una niña cargar con la presión de la fama y, sobre todo, con una crítica tan temeraria? Ella no sólo está segura de eso, sino que cree firmemente en que llegará a ser tan importante como las divas de su inspiración: Lady Gaga, Madonna y Shakira.
“He luchado mucho para llegar al lugar donde estoy, y voy a seguir luchando. Mi vida no ha sido fácil”, recuerda Wendy al recorrer los pasos del camino que la consolidó como una celebridad de Internet. Su debut fue en el colegio; luego, con la ayuda de su padre, que tocaba el arpa, empezó a hacer intervenciones en bares y cantinas de barrio en su Lima natal. “Teníamos que rogar para que nos dejaran cantar, siempre me tocaba de última. No teníamos dinero para volver a casa y teníamos que caminar”, rememora la niña, ahora con un tono nostálgico.
La muerte de su padre la marcó
Cuando su fama empezó a crecer en festividades populares, un suceso inesperado le cambió la vida. Su padre falleció en un accidente de tránsito el 6 de abril del año 2005.
“La muerte de mi padre me afectó bastante. Ya he superado ese momento, pero llevaré a mi papá siempre en mi corazón”, confiesa. No en vano, varias de sus canciones son tributos al padre que ya no está.
Libia, su madre, le preguntó entonces si quería seguir con su carrera. “Estaba dispuesta a darle la mejor educación posible, que viviera como cualquier niña de su edad”, relata la mujer, quien maneja la apretada agenda de la niña y compone sus extravagantes canciones, que para ella no son más que expresiones de la cultura popular peruana (además de la ‘tetita’, Wendy también le cantó a la cerveza).
“Varios productores me han propuesto manejar la carrera de Wendy; me han ofrecido buen dinero, pero no he querido. Eso sería entregársela a un empresario y es sólo una niña”, advierte Libia al dejar claro que más que una hija famosa, añora una hija feliz. Wendy Sulca nació en los polvorientos cerros de la capital peruana. Su casa, en obra negra, quedaba en el barrio San Francisco de la Cruz, del que logró escapar hace un mes. Junto con su madre (es hija única), se fue a vivir a un sector menos marginado y menos peligroso.
“Nosotras venimos de una familia muy, muy pobre, sabemos que es pasar un día de hambre. Estamos mejor, pero no tenemos plata como dice la gente”, enfatiza Libia al contar que debieron cambiar de residencia debido a dos atracos que les hicieron y a las constantes llamadas en las que insultaban a la niña o le hacían propuestas indecentes.
“Wendy ya es una mujercita, temo que la secuestren o le hagan daño; le temo mucho a la envidia de la gente”, añade la mujer y pide que no la tilden de explotadora. “Wendy no se hizo sola, yo la he hecho, con un esfuerzo enorme”. Wendy Sulca sabe que ya no es una niña y reconoce que sus prioridades también son distintas. Y más que eso, asegura que todo lo hace de corazón, convencida de estar haciendo un buen trabajo musical y de que no es una ‘payasita’ de Internet, como se lo han escupido en la cara.
“Sé que hay gente a la que no le gusta mi música, pero son más a los que sí les gusta”, dice ella, feliz, al hablar de las cosas buenas que le han pasado en su carrera. Hace un par de meses, junto con la Tigresa de Oriente y Delfín hasta el fin, fue invitada al YouFest (Festival de artistas famosos de en la red, en Argentina), donde interpretó una versión peruanizada de Like a virgin, de Madonna; participó en el más reciente video de Dante Espineta, y Calle 13 le propuso grabar una canción con ella.
“En Buenos Aires la gente me paraba en la calle, se tomaban fotos conmigo; me demostraron mucho cariño”. El próximo año tiene planeado venir a Colombia (en enero, su representante no confirma la fecha ni el evento) y luego pasará por Chile y México. También, en el 2011, empezará a estudiar canto –por primera vez- y actuación; en dos años más, cuando termine el bachillerato –termina el grado noveno-, quiere estudiar administración de empresas.
Sin embargo, el proyecto que más la emociona es la casa que le comprará a su mamá, a comienzos del próximo año, gracias a lo que ha ganado en sus presentaciones. “Estaremos más felices y seguras”, dice la niña emocionada y admite que, con el tiempo, espera superar el tema de la ‘tetita’.
“Quiero incursionar en otros géneros, tal vez pop o baladas”, comenta, eso sí, aclarando que nunca dejará de cantar los aires de su tierra. También trabaja en la producción de sus nuevos videos: revela que serán menos rústicos y extravagantes que los que la han hecho mundialmente famosa.
El periodista peruano Jaime Cordero opina que en Lima y en el “Perú tradicional” se observa a Wendy Sulca con extrañamiento, como una figura freak de la que nadie se siente orgulloso. Él cree que es más famosa en el interior del país y en las clases populares.
“Creo que el folclor peruano es mucho más rico que lo que Wendy Sulca tiene que ofrecer; de otro lado, no me parece que lo suyo sea motivo de burla”, dice Cordero.
No obstante, reconoce: “prefiero mil veces que mi país se haga conocido por Wendy Sulca que por Laura Bozzo (la presentadora de Laura en América)”.
Los días de Wendy transcurren entre el estudio y los ensayos de sus presentaciones. “Escucho música (Panda, Shakira, Lady Gaga), no voy a fiestas porque no tengo mucho tiempo. Soy un poquito tímida y reservada”. También se prepara para recibir el sacramento de la Confirmación. “Para Dios siempre habrá tiempo”. Lo que descarta, por ahora, es tener novio. Cree que no tiene edad para esas cosas.
Wendy Sulca también quiere alcanzar el éxito y tener mucho dinero para ayudar a los niños pobres de Perú. “Me preocupan mucho los niños de mi país que trabajan en las calles y en el campo, que los maltratan y pasan hambre, como yo la pasé”.
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