Esta práctica, que es blanco de duras críticas en varios países, busca ser considerada oficialmente como una comunidad religiosa en Colombia. Sus voceros se defienden y dicen que son una organización sin ánimo de lucro que busca el crecimiento espiritual. Así crecen en el país del Sagrado Corazón.
JOSÉ ALBERTO MOJICA P.
REDACCIÓN VIDA DE HOY
Publicada en El Tiempo el 26 de abril del 2009.
Entre la multitud que camina acelerada por la carrera 15 con calle 87 en Bogotá, Jairo Alonso Ramírez, un antioqueño de 50 años, distribuye volantes que invitan a los transeúntes a diligenciar, gratis, una prueba de personalidad.
¿Tus fracasos pasados todavía te preocupan? ¿Te resulta difícil confesar todo y aceptar la culpa? ¿Comprarías a crédito con la esperanza de no retrasarte en los pagos? Esas son tres de las 200 preguntas que conforman el examen.
Carlos Ramírez no tiene ni idea de qué es la Cienciología, pero acaba de entrar al principal templo de esta religión en Colombia, atraído por el test gratuito de personalidad que ofrece identificar miedos y problemas de actitud a través de un método científico.
Se entrelaza las manos y habla agitado, dejando ver que está ansioso. Oriundo de Ocaña (Santander), de 43 años y mesero de oficio, confiesa que le interesó la invitación porque quiere mejorar sus relaciones personales. “Y porque es gratis”.
Se sienta a responder la prueba, pero se levanta cinco minutos después. Quiere llenarla despacio, en casa. Prometió volver con el documento lleno.
Según los cálculos de César Borda, encargado del contacto con el público en la Iglesia de la Cienciología en Bogotá, el 10 por ciento de aquellos que llenan la prueba, entre universitarios, desempleados, profesionales y amas de casa, siguen en el proceso.
Es decir, toman los cursos, que van desde 15 mil a 600 mil pesos de acuerdo con su complejidad. En pocas palabras, ese 10 por ciento ingresará al redil de la Cienciología en Colombia, donde los fieles llegan a 20 mil de acuerdo con sus directivas. Carlos Ramírez podría ser uno de ellos.
Crece en medio de la polémica
En Internet abundan los documentos de desprestigio sobre esta práctica, que se promueve como la gran religión del siglo XX y que se ha hecho famosa porque a esta pertenecen personajes de la talla de Tom Cruise, Jonh Travolta y Jack Nicholson.
En Colombia la siguen con fervor el humorista Andrés López (La pelota de letras) y la actriz Ruddy Rodríguez que, aunque es venezolana, ha vivido aquí gran parte de su vida. Y también, advierten sus directivos, son cienciólogos varios funcionarios del Gobierno nacional y algunos políticos, cuyos nombres se abstienen de revelar.
Que lava cerebros. Que es una secta de fanáticos. Incluso, se ha difundido una supuesta frase de su fundador, un filósofo y escritor estadounidense llamado L. Ronald Hubbard: “Me gustaría comenzar una religión. Ahí es donde está el dinero”.
Según los cienciólogos, Hubbard, el ‘profeta’ que les reveló la “verdad” y creó esta religión, nunca dijo eso. Aunque en países como Estados Unidos y Canadá, y en otros más cercanos como Venezuela, Brasil y Ecuador es reconocida oficialmente como una comunidad religiosa, no sucede lo mismo en países de Europa como Alemania, Francia y Bélgica. En Alemania, por ejemplo, en el 2007 fue publicado El libro negro de la Cienciología, de la experta Ursula Caberta, que junto con informe oficial de la inteligencia alemana denunció que es “una doctrina fanática y una forma de totalitarismo que pretende lograr el control de la mente de una persona, hasta el punto de cambiar su identidad y su voluntad”.
En Francia, donde la consideran una secta, el año pasado fue acusada de ser una “banda de estafa organizada”.
La Cienciología no hace parte del inventario de religiones registrado en el Ministerio del Interior de Colombia. Según su vocera en el país, Ana Elena Ochoa, están en planes de obtener ese registro.
Sin embargo, según ella, la ausencia de ese reconocimiento no es impedimento para que puedan funcionar, y menos para que siga creciendo. Eso sí, aclara que sí es una religión. O mejor: una asociación sin ánimo de lucro con fines religiosos.
Ella, ciencióloga desde hace 20 años, afirma que cada día son más las personas que ingresan a esta comunidad, gracias a una premisa contundente: “En Cienciología no hay que tener fe en nada. Solo si se ha comprobado, es verdad. No hay dogmas de fe. Esta es una tecnología exacta que busca liberar espíritus y que abraza el sueño de hacer del mundo un lugar mejor”. Y añade que unos 40 mil colombianos han conocido y aplicado las prácticas de esta religión en los 33 años que lleva de fundada en el país. Actualmente se estiman en 20 mil los cienciólogos activos. En el mundo hay 10 millones distribuidos en 164 países.
En Bogotá tiene tres sedes: la principal está en el barrio Chicó, donde trabajan 60 personas. Todos son cienciólogos voluntarios que desempeñan diferentes tareas, y que según esta organización, reciben un pago en especie y otro en formación. La sede principal tiene cuatro pisos, y allí, al igual que en el resto de iglesias de todo el mundo, hay una oficina vacía en tributo a Hubbard. Aunque está a la vista del público, un lazo azul con blanco impide el ingreso. Sobre el escritorio hay una placa dorada con su nombre, una máquina de escribir y un jarrón con margaritas frescas. Los gastos del lugar –explican allí- se subsidian gracias a los cursos que adquieren los cienciólogos, y que nunca terminan “porque el aprendizaje es infinito”.
Las otras dos sedes, en Bogotá, están en Chapinero y cerca de Corabastos. También hay sucursales en Cali, Medellín y Barranquilla. Y en Cartagena y La Guajira hay practicantes que esperan abrir pronto sus propias iglesias. Aseguran también que en esta iglesia no existe la figura del diezmo. Aunque sí se piden donaciones para campañas de difusión de libros, por ejemplo. “Esto no es un negocio. No promovemos cosas raras, solo el crecimiento de la mente y el espíritu. Tampoco seguimos a extraterretres”, explica Hernán Gamboa, miembro de la junta directiva de esta iglesia, y aclara que la existencia de un supuesto ser alienígena llamado Xenu que solo se les revela a los cienciólogos de cierto nivel, es un mito de Internet.
En la vitrina de la sede de Bogotá hay dos pendones: el que invita a realizarse la prueba gratuita de personalidad, otro que dice: “Estamos contratando”.
-¿Ofrecen empleo?
-Es un formalismo, responde Gamboa.
-¿Entonces qué ofrecen? La posibilidad de que participe en alguna de las áreas de la organización. No hay un contrato establecido, ni un pago. A cambio, la persona recibe el entrenamiento para que desempeñe su cargo y aprenda sobre Cienciología.
Aunque él no lo ve de esa manera, esta es una estrategia más para ‘reclutar’ nuevos devotos para la religión de L. Ronald Hubaard.
‘Viven robotizados’
Aunque en Colombia no ha suscitado controversias mediáticas, sus seguidores reconocen que han sido salpicados por las críticas surgidas en otros países.
“¿Qué pasó con los primeros cristianos?: los echaron a los leones. Este es un movimiento nuevo del que la gente suele hablar sin conocer”, añade Ana Elena Ochoa.
La teóloga Jenny Santamaría, quien realizó una investigación sobre tendencias holísticas y de la Nueva Era en Colombia -entre estas la Cienciología-, advierte que el crecimiento de esta práctica en el país tiene que ver con el auge mundial que invita a la búsqueda de nuevas espiritualidades.
Sin embargo, ella advierte sobre posibles peligros relacionados con una de las premisas de esta religión: la potencialidad del poder mental del hombre. “Como no hay una divinidad, todo gira alrededor del hombre, y cuando este crea que domina todo, solo creerá en sí mismo, no necesitará de los demás y limitará su capacidad afectiva”, cuenta la especialista.
Y añade que aunque en la Cienciología se predica la libertad, está puede convertirse en esclavitud. “La verdad para ellos la reveló Hubbard. Los cienciólogos terminan siendo robotizados, aunque se sientan liberados, porque siempre van a seguir lo que él recomendó”.
Así se extiende en el país
Para la organización de la Cienciología aumentar su redil es una de sus misiones fundamentales. Por eso, afirman, han distribuido miles de sus libros en la mayoría de bibliotecas públicas del país de manera gratuita.
También han extendido sus preceptos a través de varias organizaciones cuya metodología también fue diseñada por Hubbard.
Una de estas es Criminón, que significa (No crimen), y que pretende resocializar a los internos de las cárceles a través de cursos de derechos humanos y sana convivencia.
Según el Inpec, Criminón ha intentado, infructuosamente, ingresar a los penales del país. La más reciente fue hace algunas semanas, cuando se destapó un acercamiento entre las dos partes.
Según la directora del Inpec, Teresa Moya Suta, la fundación Escuela para una Nueva Vida –que representa a Criminón Colombia-, presentó una propuesta que consistía en dictar algunos cursos de manera gratuita, pero solo se quedó en eso: en una propuesta.
“El Instituto no tiene nada que ver con Cienciología; parto de que no creo en esas cosas, soy católica y creyente”, dijo Moya Suta, y aclaró que el Inpec no puede imponer creencias religiosas de ningún tipo porque Colombia es un país laico.
Por su parte Karina Alférez, subdirectora de Tratamiento y Desarrollo del Inpec, recuerda que en el 2005 y el 2007 se presentaron propuestas similares, que la entidad rechazó porque consideró que no eran convenientes.
“No prosperó nada porque no eran viables para la institución. El Instituto no se puede comprometer a construir saunas para los internos ni a suministrar medicamentos como lo establecían las propuestas”, explica Alférez, y aclara que en ese entonces las propuestas no era gratuitas porque, por cada interno, había que invertir más de un millón de pesos.
La funcionaria añade que aunque en dichas propuestas no pretendían enseñar Cienciología, al revisar el soporte técnico encontró que sí se sustentaban en ésta.
“En algunos países la consideran una religión o una secta altamente peligrosa, y el Instituto tiene la obligación de proteger la condición sicológica de la apersona privada de la libertad”, añade.
Según la Iglesia de la Cienciología, Criminón, al igual que el Camino de la Felicidad y Narconón (otras fundaciones que funcionan en el país), son iniciativas independientes que, aunque fueron creadas por Hubbard, no promueven la Cienciología y tampoco dependen de su organización.
Aunque el mismo ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, sostuvo que no sabía qué era Criminón y que tiene entendido que ésta nunca ha entrado en las cárceles colombianas, en la página de internet http://www.blogger.com/www.criminon.org.co hay un vínculo dedicado a su obra en el mundo.
Y allí aparece un diploma expedido en Montería (Córdoba) el primero de marzo de 2006, con el membrete del Ministerio del Interior y Justicia.
Según el Inpec, ese diploma pudo ser el resultado de un taller dictado en Tierralta (Córdoba) para los internos de justicia y paz, a través de un programa con la oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Víctor Hugo Jiménez, representante de Criminón Colombia, se declaró sorprendido por el rechazo a su iniciativa, que según él, solo busca ayudar a los presos.
Y añadió que desde hace varios años su organización ha venido trabajando de la mano con varias cárceles colombianas, tal y como se pudo comprobar en Internet.
En esto cree la Cienciología
- El hombre es un ser espiritual inmortal.
- El aprendizaje avanza mediante la auditación. Un auditor (cienciólogo entrenado) revisa la evolución y la carga mental y emocional a través de un aparato diseñado por Hubbard: el E metro
- El espíritu ha tenido vidas pasadas, y evoluciona a nuevas vidas cuando el cuerpo muere.
- No veneran a un Dios, pero luego de pasar por ocho niveles (dinámicas) se tiene contacto con un ser supremo.
- Aceptan a personas de diferentes religiones.
Así se rigen
Tienen un código de honor con 15 puntos o ‘mandamientos’. Algunos de estos son: Nunca abandones a un compañero en necesidad, en peligro o en apuro: Nunca necesites elogio, aprobación o compasión y nunca temas dañar a otro en una causa justa.
También siguen los 21 preceptos del Camino de la Felicidad, un libro que invita a cuidar de sí mismo, a ser moderado, a renunciar a la promiscuidad, a ser digno de confianza y a ser competente.
El fundador
Lafayette Ronald Hubbard (1911-1986) fue un famoso escritor estadounidense. Psicólogo, ingeniero, físico, militar y piloto, investigó durante 50 años para crear la Cienciología. Primero diseñó la Dianética, un sistema anterior de técnicas de autoayuda. Su obra está compuesta por más de 3.000 conferencias, 84 películas, tres series enciclopédicas, más de 500 novelas y relatos breves y más de 40 millones de palabras escritas sobre Dianética y Cienciología.
Entre la multitud que camina acelerada por la carrera 15 con calle 87 en Bogotá, Jairo Alonso Ramírez, un antioqueño de 50 años, distribuye volantes que invitan a los transeúntes a diligenciar, gratis, una prueba de personalidad.
¿Tus fracasos pasados todavía te preocupan? ¿Te resulta difícil confesar todo y aceptar la culpa? ¿Comprarías a crédito con la esperanza de no retrasarte en los pagos? Esas son tres de las 200 preguntas que conforman el examen.
Carlos Ramírez no tiene ni idea de qué es la Cienciología, pero acaba de entrar al principal templo de esta religión en Colombia, atraído por el test gratuito de personalidad que ofrece identificar miedos y problemas de actitud a través de un método científico.
Se entrelaza las manos y habla agitado, dejando ver que está ansioso. Oriundo de Ocaña (Santander), de 43 años y mesero de oficio, confiesa que le interesó la invitación porque quiere mejorar sus relaciones personales. “Y porque es gratis”.
Se sienta a responder la prueba, pero se levanta cinco minutos después. Quiere llenarla despacio, en casa. Prometió volver con el documento lleno.
Según los cálculos de César Borda, encargado del contacto con el público en la Iglesia de la Cienciología en Bogotá, el 10 por ciento de aquellos que llenan la prueba, entre universitarios, desempleados, profesionales y amas de casa, siguen en el proceso.
Es decir, toman los cursos, que van desde 15 mil a 600 mil pesos de acuerdo con su complejidad. En pocas palabras, ese 10 por ciento ingresará al redil de la Cienciología en Colombia, donde los fieles llegan a 20 mil de acuerdo con sus directivas. Carlos Ramírez podría ser uno de ellos.
Crece en medio de la polémica
En Internet abundan los documentos de desprestigio sobre esta práctica, que se promueve como la gran religión del siglo XX y que se ha hecho famosa porque a esta pertenecen personajes de la talla de Tom Cruise, Jonh Travolta y Jack Nicholson.
En Colombia la siguen con fervor el humorista Andrés López (La pelota de letras) y la actriz Ruddy Rodríguez que, aunque es venezolana, ha vivido aquí gran parte de su vida. Y también, advierten sus directivos, son cienciólogos varios funcionarios del Gobierno nacional y algunos políticos, cuyos nombres se abstienen de revelar.
Que lava cerebros. Que es una secta de fanáticos. Incluso, se ha difundido una supuesta frase de su fundador, un filósofo y escritor estadounidense llamado L. Ronald Hubbard: “Me gustaría comenzar una religión. Ahí es donde está el dinero”.
Según los cienciólogos, Hubbard, el ‘profeta’ que les reveló la “verdad” y creó esta religión, nunca dijo eso. Aunque en países como Estados Unidos y Canadá, y en otros más cercanos como Venezuela, Brasil y Ecuador es reconocida oficialmente como una comunidad religiosa, no sucede lo mismo en países de Europa como Alemania, Francia y Bélgica. En Alemania, por ejemplo, en el 2007 fue publicado El libro negro de la Cienciología, de la experta Ursula Caberta, que junto con informe oficial de la inteligencia alemana denunció que es “una doctrina fanática y una forma de totalitarismo que pretende lograr el control de la mente de una persona, hasta el punto de cambiar su identidad y su voluntad”.
En Francia, donde la consideran una secta, el año pasado fue acusada de ser una “banda de estafa organizada”.
La Cienciología no hace parte del inventario de religiones registrado en el Ministerio del Interior de Colombia. Según su vocera en el país, Ana Elena Ochoa, están en planes de obtener ese registro.
Sin embargo, según ella, la ausencia de ese reconocimiento no es impedimento para que puedan funcionar, y menos para que siga creciendo. Eso sí, aclara que sí es una religión. O mejor: una asociación sin ánimo de lucro con fines religiosos.
Ella, ciencióloga desde hace 20 años, afirma que cada día son más las personas que ingresan a esta comunidad, gracias a una premisa contundente: “En Cienciología no hay que tener fe en nada. Solo si se ha comprobado, es verdad. No hay dogmas de fe. Esta es una tecnología exacta que busca liberar espíritus y que abraza el sueño de hacer del mundo un lugar mejor”. Y añade que unos 40 mil colombianos han conocido y aplicado las prácticas de esta religión en los 33 años que lleva de fundada en el país. Actualmente se estiman en 20 mil los cienciólogos activos. En el mundo hay 10 millones distribuidos en 164 países.
En Bogotá tiene tres sedes: la principal está en el barrio Chicó, donde trabajan 60 personas. Todos son cienciólogos voluntarios que desempeñan diferentes tareas, y que según esta organización, reciben un pago en especie y otro en formación. La sede principal tiene cuatro pisos, y allí, al igual que en el resto de iglesias de todo el mundo, hay una oficina vacía en tributo a Hubbard. Aunque está a la vista del público, un lazo azul con blanco impide el ingreso. Sobre el escritorio hay una placa dorada con su nombre, una máquina de escribir y un jarrón con margaritas frescas. Los gastos del lugar –explican allí- se subsidian gracias a los cursos que adquieren los cienciólogos, y que nunca terminan “porque el aprendizaje es infinito”.
Las otras dos sedes, en Bogotá, están en Chapinero y cerca de Corabastos. También hay sucursales en Cali, Medellín y Barranquilla. Y en Cartagena y La Guajira hay practicantes que esperan abrir pronto sus propias iglesias. Aseguran también que en esta iglesia no existe la figura del diezmo. Aunque sí se piden donaciones para campañas de difusión de libros, por ejemplo. “Esto no es un negocio. No promovemos cosas raras, solo el crecimiento de la mente y el espíritu. Tampoco seguimos a extraterretres”, explica Hernán Gamboa, miembro de la junta directiva de esta iglesia, y aclara que la existencia de un supuesto ser alienígena llamado Xenu que solo se les revela a los cienciólogos de cierto nivel, es un mito de Internet.
En la vitrina de la sede de Bogotá hay dos pendones: el que invita a realizarse la prueba gratuita de personalidad, otro que dice: “Estamos contratando”.
-¿Ofrecen empleo?
-Es un formalismo, responde Gamboa.
-¿Entonces qué ofrecen? La posibilidad de que participe en alguna de las áreas de la organización. No hay un contrato establecido, ni un pago. A cambio, la persona recibe el entrenamiento para que desempeñe su cargo y aprenda sobre Cienciología.
Aunque él no lo ve de esa manera, esta es una estrategia más para ‘reclutar’ nuevos devotos para la religión de L. Ronald Hubaard.
‘Viven robotizados’
Aunque en Colombia no ha suscitado controversias mediáticas, sus seguidores reconocen que han sido salpicados por las críticas surgidas en otros países.
“¿Qué pasó con los primeros cristianos?: los echaron a los leones. Este es un movimiento nuevo del que la gente suele hablar sin conocer”, añade Ana Elena Ochoa.
La teóloga Jenny Santamaría, quien realizó una investigación sobre tendencias holísticas y de la Nueva Era en Colombia -entre estas la Cienciología-, advierte que el crecimiento de esta práctica en el país tiene que ver con el auge mundial que invita a la búsqueda de nuevas espiritualidades.
Sin embargo, ella advierte sobre posibles peligros relacionados con una de las premisas de esta religión: la potencialidad del poder mental del hombre. “Como no hay una divinidad, todo gira alrededor del hombre, y cuando este crea que domina todo, solo creerá en sí mismo, no necesitará de los demás y limitará su capacidad afectiva”, cuenta la especialista.
Y añade que aunque en la Cienciología se predica la libertad, está puede convertirse en esclavitud. “La verdad para ellos la reveló Hubbard. Los cienciólogos terminan siendo robotizados, aunque se sientan liberados, porque siempre van a seguir lo que él recomendó”.
Así se extiende en el país
Para la organización de la Cienciología aumentar su redil es una de sus misiones fundamentales. Por eso, afirman, han distribuido miles de sus libros en la mayoría de bibliotecas públicas del país de manera gratuita.
También han extendido sus preceptos a través de varias organizaciones cuya metodología también fue diseñada por Hubbard.
Una de estas es Criminón, que significa (No crimen), y que pretende resocializar a los internos de las cárceles a través de cursos de derechos humanos y sana convivencia.
Según el Inpec, Criminón ha intentado, infructuosamente, ingresar a los penales del país. La más reciente fue hace algunas semanas, cuando se destapó un acercamiento entre las dos partes.
Según la directora del Inpec, Teresa Moya Suta, la fundación Escuela para una Nueva Vida –que representa a Criminón Colombia-, presentó una propuesta que consistía en dictar algunos cursos de manera gratuita, pero solo se quedó en eso: en una propuesta.
“El Instituto no tiene nada que ver con Cienciología; parto de que no creo en esas cosas, soy católica y creyente”, dijo Moya Suta, y aclaró que el Inpec no puede imponer creencias religiosas de ningún tipo porque Colombia es un país laico.
Por su parte Karina Alférez, subdirectora de Tratamiento y Desarrollo del Inpec, recuerda que en el 2005 y el 2007 se presentaron propuestas similares, que la entidad rechazó porque consideró que no eran convenientes.
“No prosperó nada porque no eran viables para la institución. El Instituto no se puede comprometer a construir saunas para los internos ni a suministrar medicamentos como lo establecían las propuestas”, explica Alférez, y aclara que en ese entonces las propuestas no era gratuitas porque, por cada interno, había que invertir más de un millón de pesos.
La funcionaria añade que aunque en dichas propuestas no pretendían enseñar Cienciología, al revisar el soporte técnico encontró que sí se sustentaban en ésta.
“En algunos países la consideran una religión o una secta altamente peligrosa, y el Instituto tiene la obligación de proteger la condición sicológica de la apersona privada de la libertad”, añade.
Según la Iglesia de la Cienciología, Criminón, al igual que el Camino de la Felicidad y Narconón (otras fundaciones que funcionan en el país), son iniciativas independientes que, aunque fueron creadas por Hubbard, no promueven la Cienciología y tampoco dependen de su organización.
Aunque el mismo ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, sostuvo que no sabía qué era Criminón y que tiene entendido que ésta nunca ha entrado en las cárceles colombianas, en la página de internet http://www.blogger.com/www.criminon.org.co hay un vínculo dedicado a su obra en el mundo.
Y allí aparece un diploma expedido en Montería (Córdoba) el primero de marzo de 2006, con el membrete del Ministerio del Interior y Justicia.
Según el Inpec, ese diploma pudo ser el resultado de un taller dictado en Tierralta (Córdoba) para los internos de justicia y paz, a través de un programa con la oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Víctor Hugo Jiménez, representante de Criminón Colombia, se declaró sorprendido por el rechazo a su iniciativa, que según él, solo busca ayudar a los presos.
Y añadió que desde hace varios años su organización ha venido trabajando de la mano con varias cárceles colombianas, tal y como se pudo comprobar en Internet.
En esto cree la Cienciología
- El hombre es un ser espiritual inmortal.
- El aprendizaje avanza mediante la auditación. Un auditor (cienciólogo entrenado) revisa la evolución y la carga mental y emocional a través de un aparato diseñado por Hubbard: el E metro
- El espíritu ha tenido vidas pasadas, y evoluciona a nuevas vidas cuando el cuerpo muere.
- No veneran a un Dios, pero luego de pasar por ocho niveles (dinámicas) se tiene contacto con un ser supremo.
- Aceptan a personas de diferentes religiones.
Así se rigen
Tienen un código de honor con 15 puntos o ‘mandamientos’. Algunos de estos son: Nunca abandones a un compañero en necesidad, en peligro o en apuro: Nunca necesites elogio, aprobación o compasión y nunca temas dañar a otro en una causa justa.
También siguen los 21 preceptos del Camino de la Felicidad, un libro que invita a cuidar de sí mismo, a ser moderado, a renunciar a la promiscuidad, a ser digno de confianza y a ser competente.
El fundador
Lafayette Ronald Hubbard (1911-1986) fue un famoso escritor estadounidense. Psicólogo, ingeniero, físico, militar y piloto, investigó durante 50 años para crear la Cienciología. Primero diseñó la Dianética, un sistema anterior de técnicas de autoayuda. Su obra está compuesta por más de 3.000 conferencias, 84 películas, tres series enciclopédicas, más de 500 novelas y relatos breves y más de 40 millones de palabras escritas sobre Dianética y Cienciología.
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